Las personas piel sensible tienen las barreras epidérmicas deterioradas, lo que las hace más propensas a la irritación, especialmente durante los meses de invierno.
La piel seca y sensible puede empezar en los primeros meses de vida y se cree que está provocada por la genética, los factores ambientales y/o una respuesta del sistema inmunitario deteriorada. Se cree que las personas que padecen dermatitis atópica o eczema, afecciones cutáneas comunes que provocan sequedad, sensibilidad y picor en la piel, tienen una mutación genética que las hace más propensas a tener una piel sensible y erupciones cuando entran en contacto con agentes irritantes.
6 secretos para cuidar tu piel sensible
1. Descubre la raíz del problema.
Traducción: ve al dermatólogo.
2. Aplicar siempre protección solar.
Muchas personas que sufren de piel sensible tienen miedo de usar protector solar por temor a que empeore su irritación. Pero siempre que utilices un protector solar mineral (no químico) a diario, tu piel debería estar bien y protegida.
3. Utiliza limpiadores suaves, delicados y sin perfume.
Las pieles sensibles se irritan menos cuando utilizan limpiadores sin productos químicos agresivos, como el lauril sulfato de sodio, que se encuentra en la mayoría de los jabones y exfoliantes. Aunque ayuda a que el jabón haga espuma, puede ser muy irritante. El uso de jabones fuertes es la causa número uno de la pérdida de la barrera protectora natural de la piel y de la mayor susceptibilidad a los alérgenos e irritantes.
4. Hidrátate al menos dos veces al día.
Cuando te apliques la crema hidratante, lo que debería hacerse tanto por la mañana como por la noche, asegúrate de que tu piel está húmeda para que se fije la humedad y se hidrate con mayor eficacia.
5. Báñate con agua tibia.
El agua caliente puede agravar la sequedad excesiva de la piel, por lo que es conveniente limitar el baño en agua tibia a no más de 10 minutos. Después del baño, evite secar la piel de forma agresiva con una toalla; en su lugar, seque la piel dando suaves palmaditas. Te recomendamos usar un jabón de avena, ya que se ha demostrado que la avena tiene propiedades antiinflamatorias.