Cuando se trata de tener un cabello largo, grueso y brillante, hay varios factores que debemos tomar en cuenta. La genética es un factor importante, al igual que la edad y el entorno pero también es muy importante observar cómo te estás alimentando.
En primer lugar, asegúrate de que comes lo suficiente y lo adecuado para tu cuerpo. Si tu cuerpo está en un estado continuo de privación, va a dirigir todos los nutrientes a cuidar de sus funciones más importantes, y tu cabello va a sufrir.
Si te centras en comer una variedad de alimentos integrales u naturales, tú y tu pelo se beneficiarán.
7 nutrientes para un cabello sano
1. Proteínas
Tu cabello está hecho de proteínas, por lo que es lógico que éstas desempeñen un papel crucial en su fortaleza y salud. Una dieta demasiado baja en proteínas puede provocar un cabello seco y quebradizo e incluso su caída.
Los frutos secos, las semillas, las legumbres, la carne y el pescado son buenas fuentes de proteínas.
2. Vitaminas B
Las vitaminas del grupo B abarcan una familia de vitaminas, muchas de las cuales son responsables de mantener el cabello fuerte, aumentar la circulación de la piel y estimular los folículos para que crezca un cabello sano. También contribuyen a reducir la caída del cabello y a mantenerlo más largo y brillante.
Las vitaminas del grupo B más importantes para un cabello fuerte y sano son la B2 (riboflavina), la niacina, el ácido pantoténico, el ácido fólico, la B6 y la B12. Otra vitamina B, la biotina, recibe una mención honorífica, ya que desempeña un papel en la estimulación del crecimiento de nuevas células.
Entre las buenas fuentes de vitaminas B se encuentran los huevos, el pollo, el salmón, el fletán, la quinoa, la avena, el arroz integral y las verduras de hoja verde.
3. Hierro
A veces, la pérdida de cabello significa que los niveles de hierro en la sangre están muy bajos. Dado que tanto el folículo piloso como la raíz dependen de un suministro de sangre rico en hierro, obtener suficiente cantidad de este importante nutriente en la dieta es clave para el cabello.
Encontrarás hierro hemo (de origen animal) en la carne roja, el pollo y el pescado, y hierro no hemo (de origen vegetal) en las lentejas, las verduras de hoja verde, las semillas de calabaza y los albaricoques secos. Ten en cuenta que la vitamina C ayuda a potenciar la absorción del hierro, mientras que el calcio ingerido al mismo tiempo puede alterarla.
4. Vitamina C
La vitamina C no sólo ayuda a la absorción del hierro de la dieta, sino que también es un importante antioxidante. La vitamina C también desempeña un papel vital en la producción de la proteína del colágeno, que trabaja para fortalecer los vasos sanguíneos que abastecen y enriquecen los tallos del cabello.
Encontrarás la vitamina C en los cítricos, el kiwi, las fresas, la guayaba, la papaya, los arándanos, los pimientos verdes, los tomates, la col y el brócoli.
5. Vitamina E
La vitamina E es otro potente antioxidante que ayuda a proteger las células del daño. Mantener un suministro de alimentos ricos en vitamina E en tu dieta te ayudará a proteger tu cabello del sol, el frío y el clima seco.
Las almendras y otros frutos secos son una gran fuente natural de vitamina E, al igual que el germen de trigo, las semillas de girasol y las verduras de hoja verde.
6. La vitamina A
La sustancia aceitosa producida por el cuero cabelludo que evita que la cabeza se reseque y pique y mantiene el cabello hidratado depende de la vitamina A. Este acondicionador natural es segregado por las glándulas sebáceas, y sin suficiente vitamina A, no podemos producirla.
Encontrarás la vitamina A en los productos lácteos, el hígado y las yemas de huevo. El betacaroteno de origen vegetal es un precursor de la vitamina A y puede encontrarse en frutas y verduras de color naranja y rojo.
7. Zinc
En algunos casos, el cuero cabelludo seco y escamoso puede estar causado por una deficiencia de zinc. La falta de zinc también puede provocar la caída del cabello y el acné en algunas personas.
El zinc se encuentra en las ostras, la carne roja, las yemas de huevo, los cereales integrales y los cereales enriquecidos.